Momento actual de la civilización
El controversial intelectual Jordan Peterson, [i] quien, con un puñado de intelectuales, Baroness Stroud, Paul Marshall y John Anderson, forman en el 2023 la Alianza para la Ciudadanía Responsable (ARC por sus siglas en inglés) [ii] inaugura la tercera Conferencia, en Londres en marzo del presente año con el ambicioso título de este artículo.[iii].
A comienzos del 2024 habíamos escrito un artículo de Peterson glosando lo que algunos consideraron su mejor conferencia Ver artículo donde se refería al controvertido tema sobre la “identidad”.
Procedo a hacer una traducción libre de su intervención.
Para Peterson el momento actual ofrece la oportunidad de explorar de modo consciente, explícito y aseverativo los fundamentos de nuestra civilización. Esto permitiría superar las diferencias entre el conservatismo y el liberalismo clásico. Para ello debemos preguntarnos qué nos ofrece la cultura contemporánea como motivación para vivir, para que cada cual actualice su ser en el ahora y en el tiempo (being and becoming).
Investigaciones filosóficas, sociológicas, psicológicas y hasta biológicas recientes responden que dicha motivación se halla en un pronunciado y creciente hedonismo egocéntrico que se manifiesta en una inmadurez personal.
Dicha inmadurez se caracteriza por hallarse la persona sometida al vaivén de sus caprichos. Algo superable sólo por un principio unificador que integre la psiquis y la haga sostenible en el tiempo y en su relación con los demás para que a partir de sus múltiples iteraciones dé origen a la comunidad.

Powell, T. & Law, J. [@USGFacultyDevelopment]. (2021, marzo 25). Creative Commons Explained [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=dvzwp2Upjiw
¿Tiene el hedonismo el talante para construir comunidad?
El hedonismo, la gratificación inmediata del deseo, la evasión de dolor y de lo que no sea placentero, no constituye un principio unificador de comunidad. Y no lo es porque impide que, una vez implementado, las personas se integren en una competencia cooperada [iv] para configurar una sociedad. Es imposible configurar una interrelación honesta y desinteresada de relaciones entre diversas personalidades cuando a estas las domina un caprichoso impulso egocéntrico.

Tomado de wikipedia
¿Tiene, entonces, el poder, el talante para construir comunidad?
Tampoco es el poder un principio unificador. Es la tesis del cinismo neo marxista y posmodernista. Ya que, si mi motivación es la de seguir los impulsos de mis deseos del momento y evitar las exigencias y hasta dolores que el comportamiento maduro demande, debo adelantarme a imponer los míos antes que los demás hagan lo propio. Esto es un juego de suma cero. Es imposible construir comunidad así.
¿Cuál es el desacierto del hedonismo y del poder tal como los he descrito?
El que en la medida que ese par de fuerzas motivantes se iteran terminan deteriorándose. No puede uno andar por la vida como un niño caprichoso e inmaduro de dos años, siempre pretendiendo su gratificación inmediata. Tampoco puede sostenerse una sociedad de modo productivo y abundante, empleando la voluntad de poder para someter a los demás a los impulsos caprichosos de un puñado de poderosos [v].
La razón por la cual la fraccionada propensión hedonista y el impulso al poder son inmorales se debe a que se degeneran en la medida que se implementan e iteran.
El posmodernista, además de cínico, es un escéptico: es para quien no existe ninguna narrativa más allá del poder. Se halla errado porque sí existe una narrativa superior que hoy podemos entender y comunicar. La entendemos al comprender los axiomas que fundamentan nuestras democracias liberales.

Tomado de wikipedia
Axiomas que fundamentan nuestras democracias liberales.
Dichos axiomas tienen su origen en la Biblia y su “biblioteca relacionada”[vi]. Es allí donde hallamos los principios que de manera elaborada exploran y desarrollan el tema del sacrificio. Lo que allí se narra en un comienzo es el deber de sacrificar lo más valioso que se posea en honor [vii] de la divinidad. Y esta conducta iterada durante siglos termina gestando una civilización.
Sí. Porque la civilización se origina en lo social y se halla orientada al futuro. Existe en la medida en que los individuos se hallen dispuestos a sacrificar su gratificación inmediata para hacer posible las relaciones mutuas y recíprocas entre ellos, tanto en el ahora como en el tiempo. En un comienzo, en la familia, luego localmente, ampliándose al territorio, al pueblo, a la ciudad y a la región: todo al amparo de la Providencia.
Este proceso abnegado por el bien de la comunidad lo caracteriza la madurez opuesta a la inmadurez y la sabiduría opuesta a la estupidez. Exige sacrificar las exigencias del presente por el futuro. Exige pensar antes de actuar y obrar con cautela para evitar el arrepentimiento permanente.
Cuando el niño hace amigos, aprende que la amistad exige una reciprocidad mínima, una renuncia y generosidad. “Te toca el turno a ti, pero luego a mi” ¿Dónde se halla el sacrificio aquí? Que no siempre “es mi turno”.
Esta mutua reciprocidad manifestada en la amistad entre niños, que exige renuncia, es el fundamento de la comunidad, de lo social, de la civilización. En el caso de Occidente, todas esas formas sociales están basadas en los textos bíblicos. Textos que pueden interpretarse como el estudio de la complejidad del sacrificio y que afirman el descubrimiento de que el sacrificio que más complace a Dios es el de buscar un bien de orden que no solo ordene el mundo, sino que tienda a lo sumo.
Razón por la cual el altar se halla en el centro de todo.
El drama cristiano representa el proceso de sacrificio en su forma primigenia. No es coincidencia alguna que el altar sacrificial se halle en el centro de la Iglesia, que esta se halle en el centro del pueblo, y este en el centro del Estado. Dicha centralidad manifiesta ese principio divino sacrificial; no solo nos asocia con el espíritu divino, sino que nos inspira organizar un Estado que lleve a instituir la posibilidad de que el desierto florezca y la tierra abunde.
No se trata únicamente del sacrificar en sí, sino del máximo sacrificio voluntario para alcanzar el más alto fin. Este es el fundamento de la civilización. Bien errados se hallan los cínicos y escépticos posmodernistas creyendo que la voluntad de poder lo es todo.
Principio que sí es unificador
Lo que ahora comprendemos en nuestra lucha milenaria lo formulamos como el principio de autosacrificio voluntario y recíproco con miras al más alto fin. Este a la vez es el fundamento de la abundancia. Este principio es la condición necesaria para que surja la confianza y correspondencia que nos habilita para crear sociedades plenamente productivas.
Comprender la importancia crucial de dicho principio, en mi opinión, permite la fusión inteligente del conservador occidental tradicional con el liberal occidental clásico. Creo que ahora sí se dan las condiciones para que de la piedra angular que dicho principio de autosacrificio voluntario y recíproco constituye surja un nuevo ethos. De una parte, del individualismo formulado por el liberalismo clásico –que fundamenta el mundo libre Occidental–. De otra, de las verdades tradicionales y evidentes del conservatismo que fundamentan la civilización Occidental.

Tomado de wikipedia
¿En qué consiste el momento actual de civilización al que me refiero con el título de esta conferencia?
Es el momento en que tenemos presente ante nosotros la oportunidad de despertar y realizar consciente y explícitamente la índole del sueño que hemos abrazado durante los miles de años de la civilización judea cristiana. Sueño conformado por la celebración, la reverencia y la divinización del principio de autosacrificio voluntario y recíproco. Mi sacrificio al futuro, mi sacrificio para la comunidad como la acción necesaria, inevitable y revolucionaria que fundamenta la civilización que nos ha hecho libres y pletóricos.
Parte de la misión de ARC es lograr una narrativa veraz donde el Occidente libre ofrezca otro destino a los oprimidos del mundo. Tenemos en nuestras manos la oportunidad de entender dicha historia. Podemos ahora juntar dicha comprensión con nuestro drama, con nuestros mitos. Podemos también fortalecernos con la unión de nuestra mente escéptica y cínica con la piedra angular rechazada por los constructores. Piedra que fundamenta la civilización.
Comentarios
Quien escucha la conferencia no duda de la habilidad expositiva de Peterson, que lo ha llevado a tener grandes auditorios en sus redes sociales.
Demuestra un gran esfuerzo de pensamiento con un mensaje preciso y organizado, lógico y coherente. Además, el contenido ofrecido lo considero novedoso. Tal vez su experiencia de psicólogo clínico explique la fuente de las observaciones que lo llevan a la formulación de su argumento.
Exceptuando tal vez algunas de las religiones universales como el budismo, el hinduismo, el taoísmo, y el cristianismo que propenden por la superación de las divisiones y exclusiones entre personas, grupos y pueblos, no conozco una propuesta de integración de cosmovisiones como esta de Peterson.
Tampoco conozco un diagnóstico tan certero sobre el móvil de la cultura contemporánea y su relación con un vacío de la idea fuerza que ha constituido la civilización occidental.
En las condiciones actuales proponer el autosacrificio voluntario y recíproco es osado, por decir lo menos. Cuando las ideologías vigentes propenden por el consumo irrestricto como mecanismo de crecimiento económico y de bienestar, la propuesta de Peterson pareciera utópica.
Como es también utópica la ideología de la sostenibilidad (‘sostenibilismo’) que pretende un desarrollo económico, un bienestar social y la protección ambiental que satisfaga las necesidades actuales sin comprometer las de las futuras generaciones. Utópica si no se supera la polarización de las sociedades actuales y del hedonismo rampante.
La propuesta de Peterson sí es osada, pero tiene cabida. El principio unificador de autosacrificio voluntario y recíproco con miras al más alto fin es la condición necesaria. Sin embargo, no es suficiente sin una conversión intelectual, moral y espiritual del hombre atrapado en la cultura contemporánea del hedonismo como descrito por Peterson. La suficiencia la provee el Amor para el cual el principio es requisito necesario. Pero esto será tema de otra entrega.
[i] Psicólogo Clínico canadiense, profesor emérito de la Universidad de Toronto, Su crítica a la ley canadiense que obligaba el empleo de artículos y pronombres neutros le valió la recriminación de la Asociación de Psicólogos de Ontario y por ello haber sido lanzado a la palestra pública que desde entonces articula con gran habilidad con sus pódcast y videos, logrando gran recepción buena parte controversial. https://en.wikipedia.org/wiki/Jordan_Peterson
[ii] Una organización fundada en 2023 cuyo propósito es el de reunir las voces de quienes se declaran conservadores para proponer políticas fundamentadas en los valores Occidentales tradicionales. Su primera conferencia fue en Londres en octubre de ese mismo año. https://en.wikipedia.org/wiki/Alliance_for_Responsible_Citizenship#:~:text=The%20Alliance%20for%20Responsible%20Citizenship,and%20political%20commentator%20Jordan%20Peterson. Consultado el 10 de marzo de 2025.
[iii] La conferencia de 17 minutos se halla en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=dvzwp2Upjiw
[iv] Noción interesante que elimina los aspectos negativos de la competencia como, por ejemplo, querer eliminar al contrincante. Si así se procede, el vencedor termina sin estímulo para mejorar. Es posible cooperar y competir sanamente.
[v] En el momento que escribo este ensayo –marzo 2025– presenciamos dicho comportamiento no solo en quienes ocupan las primeras magistraturas de un puñado de las naciones denominadas G-7, sino en las nuestras mismas de economías modestas. Se trata de personalidades egocéntricas al máximo, cuyo proceder hace a un lado las ideologías que dicen personificar, y actúan al vaivén de sus emociones y resentimientos.
[vi] Peterson emplea el término biblical library que me parece lúcido para expresar todo lo escrito a partir de la Biblia.
[vii] Procurar ‘el honor de la divinidad’ es diferente a pretender ‘apaciguar’ la divinidad, que era el obrar presente en buen número de las religiones primitivas.