¿Qué aporta la familia extensa?
En medio ya no sólo de la Civilización de la Muerte –noción acuñada por San Juan Pablo II para describir la generalización del aborto y de la eutanasia en todo el mundo—cunde una cultura que atenta contra familia natural. Por esta entendemos el grupo de personas conformado por un padre, una madre, hijos y parientes. Parientes que incluyen abuelos, tíos, primos y parientes políticos. Lo que suele denominarse la “familia extensa”. Aquí nos preguntamos ¿qué rol desempeña ésta?
Las definiciones de diccionarios de la lengua castellana como de la lengua inglesa tienen en común que las personas que descienden de un ancestro común son familia.
Con otras palabras, se trata de una realidad, de un hecho innegable, no es una ficción que depende del parecer de sus integrantes. Por sangre es imposible negarlo. Por unión matrimonial cuando es de índole católica, se trata de un vínculo que Dios establece y que el hombre no puede desunir –“formarán una sola carne” [Mc 10:8]–.
El ancestro no puede negarse, al igual que las uniones matrimoniales no pueden negar el vínculo, si bien no de sangre, pero sí de promesa. Más aún, si la pareja concibió un hijo, no existe mayor prueba de un vínculo que el de “haber formado una sola carne”.
Establecida estas premisas hay que reconocer que hay quienes consideran que sólo la familia nuclear –padre, madre, hijos—son familia. Proveen adecuadamente a todas las necesidades de sus integrantes. Sin embargo, hay quienes por separación o divorcio se apartan del vínculo de la familia nuclear –padre, madre, hijos—, los padres pueden considerar que ya no forman familia, pero los hijos son la demostración que gracias a una familia se hallan en el mundo, así esta se haya disuelto posteriormente. También los hay que por distancia y otras circunstancias no tienen ocasión o simplemente no quieren relacionarse con sus parientes.
La importancia de la familia extensa en la formación de los hijos
Surge la pregunta de qué tan conveniente es esto en la educación de los hijos, ya que el vínculo de sangre o promesa es innegable. ¿Qué significa ofrecerles a los hijos la posibilidad de relación con abuelos, tíos y primos?
Significa, en primer lugar, la posibilidad para los niños y jóvenes ser sujetos del cariño de los parientes mayores. Sí, porque el nieto y el sobrino suele brindarle alegría a los abuelos y tíos. Estas personas mayores ven con cariño a los menores. A su vez, estos cuando avancen en años y aquellos sean ya ancianos existe la probabilidad de que los acompañen de algún modo. Es el servicio mutuo que las generaciones se prestan en la familia extensa.
En segundo lugar, significa el contribuir a la identidad del joven. Sí, porque al haber compartido momentos en familia donde departe y conoce a sus parientes –primos, tíos, abuelos—entiende dimensiones de la cultura familiar que se hallan en el trasfondo de las relaciones. Somos producto no sólo de nuestra propia historia sino de aquella de los que nos rodean.
En tercer lugar, contribuye a la seguridad psicológica y material de los integrantes de la familia. Sí, porque el servicio mutuo se facilita entre aquellos que se conocen y han establecido lazos de confianza. Algo distintivo de las familias emprendedoras, como por ejemplo las judías, es su disposición al servicio mutuo, incluso material facilitando los medios para que otros integrantes surjan. La confianza manifestada en la solidaridad material desborda en la seguridad psicológica de los integrantes.
En cuarto lugar, los parientes pueden sustituir a los padres en caso de la defunción o separación de alguno de estos o de ambos. Por hallarse más cercanos en linaje, toda ley favorece la adopción de parte de familiares a los menores huérfanos. Y no sólo a menores; los abuelos, tíos o primos pueden ser consuelo y compañía al adulto joven huérfano.
Amor entre generaciones; complemento a la identidad; contribución a la seguridad material y psicológica; sustitución en caso de orfandad: son tan solo un puñado de razones por las cuales, en la medida de lo posible, es conveniente educar a los hijos en compañía o al menos en cercanía de otros parientes de la familia nuclear y que forman parte de la familia extensa.
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Dificultades para la familia extensa en los tiempos actuales
Por lejanía en las distancias a los lugares de trabajo o de residencia incluyendo la migración a otros países, etc. este ideal de una educación a los hijos cercana a sus parientes no siempre puede darse. Sin embargo, al menos deben buscarse las oportunidades para que se dé al menos una relación virtual, asunto facilitado por los medios actuales.
Nos hallamos en medio de una cultura que erosiona las cualidades de la familia natural tradicional. Lazos estrechos no sólo de los integrantes de ella: papá, mamá, hijos, sino también los de parientes que la complementan.
Si bien no hay acuerdo sobre el colapso de las civilizaciones un hecho aceptado es el de ser las familias que sobreviven la decadencia de una sociedad las que se constituyen en el germen de una nueva sociedad.