Colombia: país en construcción – Parte 1: Historia, nación e informalidad estructural

Interrumpo las reflexiones que venía ofreciendo en el tema de la filosofía moral para dar cabida a unas anotaciones sobre el título.

Sí, doscientos años de vida republicana no bastan para consolidar una nación. Téngase presente desde dónde partimos. De las poblaciones indígenas que se hallaban a la llegada de los españoles no conocemos gran cosa, excepto lo revelado por los hallazgos arqueológicos, ya que no conocían ningún tipo de escritura[i]. Las nuestras a diferencia de los Aztecas, los Mayas y los Incas, no demostraron avances semejantes.

Como todos los pueblos mencionados, migraron de otros lugares. No fueron como la nación judía, que antes de su deportación a Babilonia en el siglo VI AC, llevaba viviendo en la región de Galilea y Jerusalén más de 1500 años. Regresó y lleva 2500 años.

 

Por “nación” nos referimos, según acepciones de la RAE a “conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común”; también: “conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo gobierno” [RAE][ii].

Nos surgen varias preguntas. ¿Tenemos un mismo idioma? A lo que podemos responder que sí, exceptuando algunos integrantes de las etnias mencionadas.

Siguiente pregunta: ¿regidos todos por el mismo gobierno? Con esta se establece una buena discusión. Aunque formalmente nuestro territorio se halla claramente delimitado que debería regirse por el mismo gobierno. Sin embargo, la realidad es que no todo el territorio cuenta con presencia del estado, al menos con el monopolio de las armas como reza nuestra Constitución. La prevalencia de bandas y de narcoguerrilla ocupando regiones significativas demuestra que todo el territorio no se halla bajo el mismo gobierno. 

Idioma gobierno y tradición

.¿Tenemos una tradición común? El término “tradición” se refiere a la “transmisión de noticias, composiciones literarias, doctrinas, ritos, costumbres, etc., hecha de generación en generación.” [RAE] La respuesta no es clara. Habría que preguntarse primero si existe algo como la identidad colombiana. Existe la identidad judía, la española, la norteamericana, la mexicana, la peruana, la boliviana, la chilena y la brasilera. ¿Pero exceptuando ser un país de “narcos” para los extranjeros, existe algo que nos distinga de nuestros vecinos?

Datos como los de hallarnos entre los países con indicadores de felicidad sobresaliente, o tener la familia y la amistad como valores, tal vez no basten como distintivo.

Para “sociedad” la RAE ofrece una idea más general: “conjunto de personas, pueblos, naciones que conviven bajo normas comunes”. Aquí sí podemos decir que somos una sociedad, al convivir sus habitantes y poseer normas comunes. Existen líneas territoriales limítrofes claras, poseemos tarjetas de identidad como la cédula y pasaportes, las normas de tránsito se cumplen generalmente; la estratificación en los servicios de salud, en los programas educativos, en la vivienda no borran su carácter común. Finalmente, contamos con una misma moneda y un mismo idioma.

Toda sociedad es un organismo vivo, luego se halla sometida al desarrollo o al deterioro. Hay sociedades y hasta civilizaciones que han desaparecido. Colombia está pasando por un mal momento, sin embargo, vale preguntarnos, que por su juventud –sólo 200 años. ¿Podemos interpretarlos como “dolores del crecimiento”? ¿es un país en construcción? ¿o en destrucción?

Miremos los siguientes hechos para avanzar a una respuesta:

  1. En los trescientos años previos a la república se vivió, en primer lugar, la conquista. Gracias a los caminos indígenas se facilitó el desplazamiento de los españoles al punto de haber conquistado buena parte del territorio en pocos años. En segundo lugar, la Colonia. Periodo en el que se conformaron ciudades, poblados menores, y se inició la fusión de tres razas, que derivó en nuestro gran tesoro del mestizaje, con sus virtudes y vicios. 

2. En contravía a la ideología vigente de que los españoles arrasaron con la población indígena sólo para saquear su oro se hallan hechos tales como: en la actualidad existen varías etnias cuyos integrantes suman más de un millón de integrantes; la Corona desde un comienzo procuró proteger los indígenas considerándolos súbditos del reino al igual que al resto de los españoles. La evangelización significó elementos de civilización como bien lo demuestra la historia de Occidente a partir de la Era cristiana. La Corona incluso promovió las uniones matrimoniales entre indígenas y españoles. Luego el mestizaje no es producto sólo de violaciones.

3. “Colombia conoció la institución universitaria como tal en 1573, con la expedición de la Real Cédula al Monasterio de Santo Domingo, del Nuevo Reino de Granada, en Santafé. En ese año, habían comenzado los trámites para la obtención de la fundación obtenida en 1.580 por Bula de su Santidad Gregorio XIII y la Real Cédula de Felipe II que ordenó y constituyó allí mismo el establecimiento de la cátedra de lengua indígena. Primer aporte autóctono a la institución universitaria.”[iv]

Como modo de comparación, Harvard en EEUU sólo se fundó medio siglo después con estudios en teología, derecho y medicina: un seminario para educación de pastores protestantes. Ánimo de proselitismo que se halla aún hoy en su ADN.

4. El oro exportado como indicador de “explotación”.

La sola codicia no da para tanto, en el sentido que, si ese sólo hubiera sido el interés de la Corona, de conquistadores y colonos, pues hubieran arrasado y hubieran partido y no seríamos más de 45 millones de hispano parlantes con instituciones de gobierno y algunos valores comunes. Seríamos las etnias mencionadas. O como lo son varios países africanos producto de las colonizaciones inglesas, francesas y holandesas, que dejaron territorios y poblaciones sin desbastar y sin ningún tipo de organización perdurable.

Durante la Colonia la explotación del oro, plata y platino representaba el principal producto de exportación. Se cree que a España durante ese período colonial se exportaban de tres a cuatro toneladas por año. Se extraía en las “reales de mina” de propiedad del lejano rey o por particulares que debían entregar al gobierno una quinta parte. Con mano de obra indígena y luego de esclavos y técnicas muy rudimentarias (lavado con bateas).

Ya en la república vinieron ingenieros de minas ingleses y alemanes que modernizaron la explotación de socavón y aluvial. La eliminación de la esclavitud obligó a tal transformación técnica. Hasta finales del siglo XIX la minería de metales preciosos constituyó el principal producto de exportación para luego dar cabida a productos manufactureros, la agricultura y la ganadería.[ii]

En la actualidad se estima que se producen diez veces más toneladas anuales de oro que durante la Colonia.

Sin embargo, sólo una séptima parte proviene de la minería legal, el resto proviene de mineros artesanales, informales y de bandas criminales. En estos últimos es explicable ya que el kilo de oro vale cinco veces más que el kilo de cocaína en el país. Además, el control sobre este último es más severo que sobre el primero.[vi]

No pareciera que las condiciones “laborales” hubieran cambiado mucho desde la Colonia. A los indígenas de entonces y esclavos africanos hoy los sustituyen los informales al servicio de las bandas criminales (es decir, narcoguerrilla y paramilitares). No se crea que estas ofrecen libertad y condiciones diferentes. Buena parte de los “campesinos que siembran coca” no tienen otra opción, al igual que los “mineros informales”.[vii]

5. La Encomienda inicialmente y luego la Hacienda, principales modelos de explotación agrícola y organización social durante la Colonia, sirvieron de modelos no sólo de explotación económica sino también de asociación social y política.

Al punto que, una vez establecida la República, en la interpretación de Fernando Martínez Guillén, dichas asociaciones contribuyen a explicar los modos posteriores de organización política en el país. Con otras palabras, el clientelismo rampante tiene raíces profundas en nuestra historia.[ix]

 6. Complementa esta interpretación la de Sergio Arboleda quien sostiene que la erradicación irreflexiva de instituciones de gobierno coloniales locales para sustituirlas por imitación de francesas, inglesas y hasta norteamericanas explica las confrontaciones internas en nuestra republica naciente.[x] La pedantería de parte de algunos de nuestros intelectuales desde inicio de la República hasta nuestros días (hoy en cabeza de socialistas trasnochados o tecnócratas irreflexivos).

 7. La informalidad. Esta tiene dos caras, la primera, la de empleo de la gente sin cumplir las normas laborales incluyendo la del salario mínimo y demás prestaciones; junto con la evasión de impuestos y otras regulaciones. La segunda, la de producir bienes y servicios, donde las exigencias de la supervivencia obligan a un trabajo permanente. En el campo, por ejemplo, excepto las agroindustrias, se contrata al jornal y sólo por algunos días de la semana. Igual sucede en las ciudades y en el resto de la mayoría de las microempresas de la cadena alimentaria, por nombrar un ejemplo.

Una cosa son los indicadores estadísticos y otra la realidad económica, social y psicosocial de los integrantes de dichas organizaciones. Dicho trabajo no ofrece ningún tipo de permanencia, pero hay colaboradores que tampoco se hallan interesados en permanecer. Es el caso, por ejemplo, de la industria de las flores en la sabana de Bogotá y sus alrededores.

5. La Encomienda inicialmente y luego la Hacienda, principales modelos de explotación agrícola y organización social durante la Colonia, sirvieron de modelos no sólo de explotación económica sino también de asociación social y política.

Al punto que, una vez establecida la República, en la interpretación de Fernando Martínez Guillén, dichas asociaciones contribuyen a explicar los modos posteriores de organización política en el país. Con otras palabras, el clientelismo rampante tiene raíces profundas en nuestra historia.[ix]

 6. Complementa esta interpretación la de Sergio Arboleda quien sostiene que la erradicación irreflexiva de instituciones de gobierno coloniales locales para sustituirlas por imitación de francesas, inglesas y hasta norteamericanas explica las confrontaciones internas en nuestra republica naciente.[x] La pedantería de parte de algunos de nuestros intelectuales desde inicio de la República hasta nuestros días (hoy en cabeza de socialistas trasnochados o tecnócratas irreflexivos).

 7. La informalidad. Esta tiene dos caras, la primera, la de empleo de la gente sin cumplir las normas laborales incluyendo la del salario mínimo y demás prestaciones; junto con la evasión de impuestos y otras regulaciones. La segunda, la de producir bienes y servicios, donde las exigencias de la supervivencia obligan a un trabajo permanente. En el campo, por ejemplo, excepto las agroindustrias, se contrata al jornal y sólo por algunos días de la semana. Igual sucede en las ciudades y en el resto de la mayoría de las microempresas de la cadena alimentaria, por nombrar un ejemplo.

Una cosa son los indicadores estadísticos y otra la realidad económica, social y psicosocial de los integrantes de dichas organizaciones. Dicho trabajo no ofrece ningún tipo de permanencia, pero hay colaboradores que tampoco se hallan interesados en permanecer. Es el caso, por ejemplo, de la industria de las flores en la sabana de Bogotá y sus alrededores.

Ahora bien, si, de una parte, la informalidad escapa a la legislación vigente, su precariedad requiere un trabajo permanente que impide mirar más allá de lo requerido para ese día. De alguna manera eso explica que el país no se halle desabastecido. De otra parte, dicho librarse hace que las reformas producto de la “creatividad” legislativa, por ejemplo, como la del actual gobierno, no los afecte. Tal vez esto explique que el daño causado por esas improvisaciones no se haya extendido tanto. Exceptuando en el sector de la salud que viene en franco deterioro.

 Quiero aseverar que la informalidad es algo positivo para amortiguar la improvisación de medidas caprichosas del gobierno actual no pareciera algo lógico, pero la realidad así lo asegura.

 Sí, porque la informalidad se caracteriza por permanencia, constancia, perseverancia, flexibilidad, agilidad y esperanza que si hoy se trabaja es posible que mañana algo se pueda comer, sin necesidad de hacer filas. Lo que se opone a las economías colapsadas de los vecinos en cabeza de demagogos aprovechados.

 Bueno y dejamos para otra entrega comentar el experimento de dar cabida a delincuentes de delitos de lesa humanidad formar parte de instituciones del Estado, incluyendo la máxima magistratura.

[1] En cambio, sí existen cientos de sitios con arte rupestre. Pictogramas como uno de los más recientes descubierto en la Serranía de la Lindosa en el Parque Nacional de Chiribiquete suscita toda suerte de especulaciones como el de ser el testimonio de poblaciones tan anteriores como a la última Edad de Hielo (aprox. 12.500 AC)

https://www.france24.com/es/am%C3%A9rica-latina/20201208-colombia-descubrimiento-arte-rupestre-polemica

 

[1] La misma RAE considera como sinónimos a: país, estado, patria, potencia.

 

[1] https://www.google.com/url?sa=i&url=https%3A%2F%2Fjournals.openedition.org%2Fbifea%2F3505&psig=AOvVaw2QWC4OTgSpnIKreVjKMflg&ust=1749135439768000&source=images&cd=vfe&opi=89978449&ved=0CBEQjRxqFwoTCOjKzOSD2I0DFQAAAAAdAAAAABAe

 

[1] Aura Elena Bernal “La universidad colombiana. Desarrollo histórico. https://journalusco.edu.co/index.php/paideia/article/view/1089/2121#:~:text=Las%20primeras%20universidades%20que%20se,en%20formar%20cl%C3%A9rigos%20y%20abogados

[1] https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-151/la-mineria-colonial-y-republicana

 

[1] La República “Se calcula que más del 80% del oro que exporta Colombia proviene del mercado ilegal.” 21 de marzo de 2023

[1] Con otras palabras, a aquellos de los colonos que fueron explotadores de indígenas y esclavos, los sustituyeron hoy la narcoguerrilla y paramilitares y otras bandas igualmente criminales, cuyo trato a campesinos e informales es peor que el de los anteriores colonos.

 

[1] https://eltiempove.com/13-mineros-ilegales-murieron-enterrados-tras-derrumbes/

 

[1] Fernando Guillén Martínez El poder político en Colombia. Ariel

[1] Jaime Jaramillo Uribe. El pensamiento colombiano en el siglo XIX. Bogotá: Editorial Temis. 1980

[1] https://www.portafolio.co/files/article_new_multimedia/uploads/2018/07/27/5b5b9777d6452.jpeg

 

[iv] Noción interesante que elimina los aspectos negativos de la competencia como, por ejemplo, querer eliminar al contrincante. Si así se procede, el vencedor termina sin estímulo para mejorar. Es posible cooperar y competir sanamente.

[v] En el momento que escribo este ensayo –marzo 2025– presenciamos dicho comportamiento no solo en quienes ocupan las primeras magistraturas de un puñado de las naciones denominadas G-7, sino en las nuestras mismas de economías modestas. Se trata de personalidades egocéntricas al máximo, cuyo proceder hace a un lado las ideologías que dicen personificar,  y actúan al vaivén de sus emociones y resentimientos.

[vi]  Peterson emplea el término biblical library que me parece lúcido para expresar todo lo escrito a partir de la Biblia.

[vii] Procurar ‘el honor de la divinidad’ es diferente a pretender ‘apaciguar’ la divinidad, que era el obrar presente en buen número de las religiones primitivas.