La cultura presente de América Latina hunde sus raíces en las poblaciones indígenas, hispanas y africanas. Color de la piel, estatura, temperamento y otras dimensiones humanas se fusionan en la innovación del mestizaje. Tomó medio milenio y no fue producto de una imposición o norma legal, sino del acuerdo entre hombres y mujeres. Hoy se combate todo pasado en particular nuestra hispanidad. Es igual a decir que nos negamos nosotros mismos pues todos somos producto de aquella fusión. En cambio, no se cuestiona el presente donde la misma identidad humana se halla en juego: ya que nos soplan los vientos del transhumanismo.

 

La índole de lo humano sujeta a votación

La tendencia de atracción a personas del mismo sexo se consideró una enfermedad psicológica en el pasado. A partir del año 1975 la Asociación Americana de Psicología invitó a los psicólogos a que lideraran un cambio de mentalidad que eliminara esa que era una discriminación. Esta atenta contra el bienestar de dichas personas y su salud psicológica. Hoy, por lo tanto, se considera un estado psicológico normal y aceptable. (“Sexual Orientation and Homosexuality,” 2008)

Desde entonces viene dándose un movimiento justo para la aceptación legal y social de dicho comportamiento. Sin embargo, algo que buscaba reclamar la dignidad de la persona es hoy para algunos motivo para reivindicar de modo agresivo dicho comportamiento.

Argentinien XXV-Ausgabe des LGBTIQ Pride Parade in Buenos Aires

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Pride Parade in Buenos Aires

Dicho reivindicar llega a extremos de imponer a los demás una pleitesía ante los derechos legalmente adquiridos. El caso del pastelero que, en EEUU, se negó a preparar un pastel para celebrar la unión de una pareja homosexual es diciente de los vientos del transhumanismo que se avecinan.

Allí donde la fuerza de la ley suele ser más eficaz que en otros estados nacionales, la resistencia social a dicho comportamiento se mitiga a partir de las demandas por discriminación ya que cualquier oposición a estas nuevas identidades o arreglos sexuales se trata como discriminatoria, homofóbica y reaccionaria.

Y todo por negarse a hornear un pastel

Sucedió en el Estado de Colorado. Jack Phillips, un pastelero reconocido por el arte de sus creaciones, se negó a preparar un pastel para celebrar la unión de una pareja del mismo sexo.

Sus razones: un pastel-ponqué de matrimonio, es reconocible, posee un estilo inconfundible. Quien asiste a una celebración que imita la unión de parejas de sexo opuesto reconoce en el pastel el motivo, un matrimonio, que se celebra. De aceptar el encargo, su arte estaría celebrando, lo que su consciencia le impedía reconocer.

Con gusto se hubiera tomado un café con la pareja de clientes y hasta conversado respetuosamente sus diferencias. Pero celebrar una unión, con lo mejor de su arte, pero que sus creencias le impedían reconocerla era ir en contra de sus principios. Se negó y por ello la pareja lo demandó ante las autoridades.

Phillips cree que el matrimonio solo es posible entre un hombre y una mujer. Que fue instaurado por Dios como lo establece la Biblia. Toda unión que contravenga ese mandato no es matrimonio ni motivo de celebración. Por eso fue demandado, debió pagar sumas millonarias en costos legales, debiendo apelar su caso hasta llegar a la Corte Suprema donde finalmente fue eximido. ¡Y todo por negarse a hornear un pastel! (Phillips, 2021).

Los vientos del transhumanismo

Hasta hace poco menos de dos décadas quién fuera una persona no tenía gran discusión. El título de un libro del profesor Leonardo Polo en la década de los noventa: “Quién es el hombre – Un espíritu en el tiempo”(Polo, 1991) demostraba la complejidad para su estudio y cómo el método analítico de la ciencia no bastaba para su comprensión. Era necesario un enfoque sistémico para aproximarse a su complejidad.

Hoy el “quién” y “el hombre” viene reemplazándose por un “qué” y transgender –el término “transgénero” no existe en el RAE (Diccionario de la Real Academia Española) al tiempo de este escrito–. El “qué” vale para cosas y el transgender se emplea en el habla inglesa para señalar la persona que afirma su sexo es diferente al de su nacimiento.

Tampoco existe en la RAE definición o acrónimo equivalente al de habla inglesa: LGBTQ –lesbian, gay, bisexual, transgender, queer–. No contar aún con esos términos en castellano no impide que los vientos del transhumanismo –nombre con el que se describe estos sucesos—ya estén soplando en nuestros territorios.

Y si soplando, ¿tendrán la fuerza para un mestizaje como el dado por los cinco siglos precedentes?

Referencias

Phillips, J. (2021). Why I didn’t “just bake the cake.” First Things, Web Content. Retrieved from https://www.firstthings.com/web-exclusives/2021/05/why-i-didnt-just-bake-the-cake

Polo, L. (1991). Quien es el hombre: un espiritu en el tiempo. Retrieved from https://www.velasquez.com.co/LuisF/FAMILIA/EBOOK-Quién es el Hombre.pdf

Sexual Orientation and Homosexuality. (2008). Retrieved July 27, 2021, from Pamphlet website: https://www.apa.org/topics/lgbtq/orientation