Tras tres años, convivimos hijos, yernos, nueras, nietos y nietas. Me pregunté: ¿somos familia? Para responder, hay que reflexionar sobre su significado.

La Iglesia conmemora en este día la muerte de los niños menores de tres años que habitaban Belén en tiempos del nacimiento de Jesús.

En la cultura contemporánea, cada vez más, la figura del padre de familia pierde vigencia.

En la cultura contemporánea argumentar por la indisolubilidad del matrimonio es un sinsentido.

El morir no es un evento cualquiera. Nos lleva a reflexionar sobre el origen de nuestra vida: ¿producto del azar o un don de un Ser superior?

El morir, evento definitivo de todo ser humano, nos invita a vivir cada día con atención y tomar decisiones más sensatas para valorar el presente.